miércoles, 24 de marzo de 2010

Gritos de un condenado


La naturaleza salvaje,
Que habita en mi mente
En angostos parajes,
Se ha adornado
De tules y encajes,
De verdes flores
Y verdes plumajes,
De sagrados animales
Y sagradas rapaces.

La naturaleza inerte,
Que habita en la sombra
Que provee a mi mente
Se ha sublevado
De mi ser inconsciente
Y ha esparcido sus ramas
Y ha extendido impaciente
Sus raíces dormidas
Y su fulgor incandescente.

Ha tenido por objeto
Proveer a mi mente
De retazos de paz
Y de luz suficiente
Para marchar insumisa
A un destino inminente.

Son quizás los días
Son quizás las auroras
Que aún me restan
Y poco a poco se agotan.
Es quizás el patíbulo
Del que pende la soga
Que imperturbable mece
Entre las rejas sus sombra.

O la causa y motivo
Es quizás la enajenación
Es tal vez el olvido
En que desvaría mi razón
Y se halla inmerso mi sentido
Por esperar un indulto
Para el que no fui elegido,
Por soñar un perdón
Que nunca será concedido,
Por que al llegar el sol
De ese día temido
Las palabras de hoy
Carecerán de sentido
Pues a este títere sesgarán
De un sablazo sus hilos.

Es pues que siento
Que la hora ha llegado
Para atajar los gritos
Gritos de un condenado

lunes, 22 de marzo de 2010

Por que por un fugaz instante he creído recuperar la paz que había perdido.

Por que la luz vuelve
Por que vuelve la calma
Por que quizás es cierto
Que existe el alma
Que se esconde muy adentro
Del cuerpo que la encarna.

Por que quizás el pensamiento
Es en verdad, un ente eterno
Y perduran sus latidos
En la noche de los tiempos.

Por que de esta sensación
Que ahora me envuelve,
Puede surgir una oración
Que sueñe en la noche
De cualquier contradicción.

Y es quizás en este momento
Que atrapada en mi mente,
Vuelvo de nuevo al intento
De querer conservar
Los sueños y los pensamientos
Y de nuevo revivir
Algún olvidado recuerdo
Que se perdió al saberse
Transformado en un sueño,
Y se escondió en las sombras
Sin proferir un lamento
Y se relegó a sí mismo
Al olvido y al silencio.

Y es quizás por que hoy es hoy
Que esta paz me ahoga
Y me invade de deseos
Que todo ser añora.

Por que puede ser cierto
Por que lo siento ahora
Que nada resulta imposible
Aunque requiera demora,
Y las estrellas se alcanzan
Como se alcanza la aurora
Y debe persistir el momento
Que me embarga en esta hora.

domingo, 21 de marzo de 2010

Seguridad inmaterial



Despegada está mi mente
De paganas ambiciones,
He renunciado a este mundo
Y a sus absurdas maquinaciones.

Tras libradas batallas mil
Al amparo de mi subconsciente,
He relajado mi ego
Y he constituido el ambiente
Que por nombrar al silencio
Ha destronado el relente
Que fue cuna y nana
De la trama que me asfixiaba.

Que los siniestros caballeros
Profanadores de mi sepulcro
Desconocen donde moran
Mis restos insepultos,
Pues los pecados mundanos
Ya no afectan al ánima
Que se revistió de hielo
Y ascendió al nirvana
Obviando de una ágil zancada
Las encarnaciones que le restaban.

Y el pasado resulta
Guarecido tras el muro
Que constituyó la fuerza
De seguir el camino
Cuando ya no hay retorno
A los instantes vividos.

Y los errores que son
Y forman parte de mi sino
Traspasarán la pared
Y horadarán mi destino
Para de nuevo caer
Y tropezar con lo mismo.

Mas los negros caminantes
No asombrarán este reposo adquirido
Pues se tornaron de cristal
Las fauces del enemigo
Y son claras como el agua
Las sombras de donde provino.

Aves nocturnas



Pestañean sobre mis pupilas
Los recuerdos que si pudiese sesgaría
Y que de un crudento sablazo despedazaría.

Cimbreantes aleteos desvelan mi ensueño
Cuando me restan
Fuerzas para emprenderlo.

Me siento tan cansada
Que espero con total esperanza el día,
Me siento tan rendida
Que no veo lugar ni hora
Ante esta ambiciosa subida.

Están ardiendo sobre mis yagas
Las lacras que sellaron mi encierro,
Están socavando mis entrañas
Los cabos que asieron mi silencio.

Están anidando en mi lecho
Las negras aves del hastío
Provocadas por un odio
Deliberadamente infligido.

Y me siento tan vencida
Que ya no ambiciono sino la vida.
Y me siento tan vacía
Que no espero sino el día
En que suenen las trompetas,
Que anuncien el comienzo.
Que el principio y el fin
Se den cita en el momento,
Que luchen hasta el amanecer
Mi sangre y mis recuerdos
Y a la llegada del día
Renazcan nuevos sentimientos
De las cenizas de estos.

Y me siento tan perdida
Que ante esta tenaz batida,
No pretendo ni espero
Sino el momento de la huída.

Y me siento tan dolorida
Que mi alma perseguida
No quiere mirar la luz
No quiere enfrentar la vida.

Del sueño



Sal luna que la noche te espera
Ven noche de mis sueños centinela
Que en mi lecho el dolor comienza.

Sube por esta angosta escalera,
Deslízate y queda llama a mi puerta,
Que en mi lecho el dolor acecha.

Es llanto apagado que mi voz quiebra
El saber al fin mi mente despierta,
Salvajes trasgos que de mí se apoderan
Gritos de dolor la sangra me hielan.

Sufra mi alma pesadilla siniestra
Que mi mente cansada desespera.
Sueñe dolor y que pensar no pueda,
Por que al pensar mi sangre se hiela.
- Buenas noches amor mío, duerme muy bien, y sueña cosas bonitas ¿vale?-
Asiente con la cabeza, pues la boca la tiene ocupada con el biberón de agua que utiliza para dormirse.
Entonces hago ver que me voy, me doy la vuelta para encaminarme hacia la puerta y en ese momento oigo:
- Mami, un besito-
- ¡Ay!, ¡es verdad!, que no te lo había dado -
- Claro -
Y me acerco a ella, y le cubro besos esa carilla preciosa.
Es el hermoso ritual que cada noche llevamos a cabo mi amor y yo.

De mi hija puedo decir, que es un espejo, de todo lo que ve, oye, y en especial de todo lo que recibe, debo estar haciéndolo bien, la siento feliz, encantada con cada nuevo día. Derrocha simpatía, es ocurrente y extremadamente cariñosa.
Me propuse aprender de los errores que cometieron conmigo, para no repetirlos con ella. Y por otro lado concentrarme en lo bueno que sí recibí para poder dárselo. Pero lamentablemente estaré cometiendo otros errores de los que no soy consciente y que marcarán también su carácter y su personalidad.
Todo es tan subjetivo ¿cómo saber si lo estoy haciendo realmente bien?.

Pasar la vida aprendiendo, es lo que hacemos, cada día, en cada momento, el aprendizaje es lento y a menudo cuesta saber si la enseñanza es positiva o contrariamente a lo que pensamos, no estamos realmente aprendiendo, si no desaprendiendo.

viernes, 19 de marzo de 2010

He recordado que una vez tuve un sueño

He recordado que una vez fui la luz
Que amanecía en los ojos de la noche.

He recordado que una vez fui libre
Y mis alas besaban el aire.

He recordado que una vez tuve un sueño
Y de sus manos cruzaba los mares.

He recordado que una vez fui fuego
La bendición de los pesares
Y purifiqué las sombras
Que proyectaban las aves.

He recordado buscando en mis recuerdos
Que quise ser la arena que arde en los desiertos
Ínfima parte de una duna indistinta ante los vientos.

He recordado que una vez fui la vida
Que descalza nace y voluptuosa desfila
Ante el universo inerte, pues carece de medida.

He recordado al fin, pues aún poseo recuerdos
Que tal vez soñé, si tal vez tuve un sueño
Que relegado del olvido ha barrido el silencio.

He recordado hoy por el placer de hacerlo
Que una vez quizás, sí una vez tuve un sueño.