miércoles, 12 de mayo de 2010

CANTO DE INMORTALES

El pasado me transporta
el recuerdo de tormentos imperdonables.
cristales verdes, cristales blancos,
cascadas rojas en blancos cristales.
Rosas rojas en mi rostro,
dolor en las entrañas.
Violetas en mi cuerpo,
caos en el alma,
y mis ojos buscando
una luz que no llegaba.
Recuerdos de ira, recuerdos de rabia.
Recuerdos de una violencia que le cegaba.
Tenebrosas simas engullendo mi voluntad,
sombras de sombras, sobre mi realidad.
Y detrás una manos,
suaves palmas de doloroso reverso.
Cristales verdes, cristales rotos
lagunas rojas emborronándolo todo.
Y después el vacío
en unos labios sellados a fuego.
¡No, no quiero!
La próxima vez brillará el acero.
Luces rojas, luces verdes
canto de inmortales en mi mente.
Y batas blancas y batas verdes
y cascadas rojas en plásticos transparentes.


Santa Coloma Gmt. 25/11/1997 Día de la “Mujer Maltratada”

CAPITULACIÓN

Ideales amorfos surgen de la oscuridad
y crecen entre mis dientes.
se ha roto el vinculo con el pasado
y se ha vaciado el subconsciente,
y lo ya aprendido es inútil
y carente de sentido.
El dolor de abrir las heridas
ha de servir quizás
y ha de ser el motivo
de que Venus desde las aguas
lance al cielo su gemido
haciendo tambalear los cimientos de Tebas …

¡¿Quién creíste ser con tus frágiles alas?!
Quizás te creíste halcón
que al viento retaba,
y te descubriste mariposa
cuando caíste en la telaraña enredada
y sentiste el dolor,
el dolor del pánico …

¡¿Qué esperas para con uñas y dientes
romper el yugo que te atrapa?!
Quizás en el fondo deseas ser devorada …
Quizás en el fondo ansias
saber que se siente entre las garras
de esa araña imaginaria.
Quizás en el fondo sólo deseas
saberte necesitada,
y te dispones a morir
liberando tu alma
sólo por sentirte deseada.

¿No es un alto precio
el que por tu ambición pagas … ?

Luciérnagas inciertas
brillan a través del cristal,
que esta noche Narciso
se ha mirado en el mar
y las aguas le han devuelto
su imagen vegetal,
pues Zeus ha castigado su vanidad.
He visto los ojos de la muerte
a través de las garras de la inocencia
debatiéndose entre susurros
y restos de semiinconsciencia
brillaron entre las columnas
del templo de la decadencia.

Y el siseo de su apendice sérpido
entre las sombras de la inexperiencia
retorciéndose entre alardeos
y simulacros de prepotencia
llegó hasta mis oídos
sin la menor trascendencia.

Suspiré al sentirme
poderosa de repente
y al volver la añorada luminiscencia
se cegaron mis ojos
e imaginé que te sentía cerca.

He olido el aliento de la muerte
desde las alas de la impotencia
derramándose acongojado
desde el vacío de su existencia,
flotando entre vahos
carente de inercia.

Y suspiré al sentir mi dolor
presa de añoranzas inciertas,
y me aferré al viento
e imaginé que te sentía cerca.

Y encontré un fugaz recuerdo
que habías implantado en mi mente
y lo arranqué y lo desplegué
y lo extendí sobre mí flotando inerte
para poder sentirte, sentirte muy cerca.
Por el placer de sentirme libre
de la sombra que por ti me acecha.
Bienvenida nostalgia
bienvenida seas de nuevo
a mi mente que atribuyéndote
cualidades humanas te hace hueco.

Bienvenidos momento imposibles
bienvenidos cuando no hay remedio,
pues no es posible volver atrás
y enmendar lo ya hecho.

Bienvenidos perdidos recuerdos
bienvenidos seáis de nuevo,
razones de la sinrazón
que llegáis justo a tiempo.

De pronto aparece alguien
que quizás estuvo siempre ahí
un sonrisa lejana,
inalcanzable por mí.
Y de pronto se transforma
y lo siento golpear dentro
coletazos de furia
que percibo como un intento
de mi corazón
por continuar latiendo.

De repente una mota de luz
pretende rasgar el silencio
la incomprensión lo es todo
o quizás un presentimiento.

Bienvenidos tantos y tantos sueños
al fin habéis vuelto
regresáis conmigo
sobre mis dudas os encuentro.

De pronto un rostro
una mirada, un deseo
se desliza hacia el vacío
mientras lo voy descomponiendo.
No deseo gritarle al pasado
para echarle en cara mis remordimientos.
De repente se diluyen
espacio y tiempo
y no concibo las razones
de esta lluvia de invierno.

Descalza por la arena

Anoche caminaste descalza por la arena
del peñón de Jolucar al charcón y las Cañaveras.

Anoche caminaste descalza por la arena
y tu vestido al viento voló hasta las estrellas.

Anoche caminaste descalza por la arena
y tu cabello era negro y tu mirada risueña.

Anoche caminaste descalza por la arena
y lloraron por tu marcha tus hijas y tus nietas.

Anoche 15 de enero la luz te abrió las puertas
y tu virgen del carmen te encendió una vela.

Anoche buscaste un barco en la mar abierta
y un haz de luz suave te guió entre ella.

Anoche cuando te fuiste, la playa quedó desierta
y las huellas de tus pasos se borraron con la marea.

Y esta noche como cada noche me sentaré en las piedras
y esperaré a que descalza camines por la arena.
A veces el tiempo
se reúne en un instante
y por un momento
deja colgado pasado y presente.

El ayer y el hoy
se confunden sin pretexto,
y en un segundo
permanecen en el espacio
estáticos, conexos.

Hablan las sombras
cuando llegan a su encuentro
de dulces pesadillas
y amargos recuerdos,
de opacas candelas
y luminosos encierros.

Y ya no hay ocasión
de sentir ese momento
que por pasado se perdió
y olvidado se hace eco,
siendo su única misión
hacer oír su lamento
tan oscuro como el brillo
que ha de llegar andando un trecho.

A veces noche y día
se confunden en el tiempo
y es tan clara la luz
que la noche va desprendiendo
que quizás la oscuridad
no existe en ese momento

.

Siniestra hora

Traspasadas mis neuronas
de corriente alterna.
saturado mi cerebro
de despojos en huelga.
desguazado mi seso
por platónica condena.
Hastiado por sufrir
ruin maldición eterna,
estalló en vil venganza
tras morir mi quimera
y desterró de mi ser
la noche y las tinieblas.

Reciba mi vida
este oscuro sol
(por que ya la noche se ha ido
y para mí el día llegó).

Recíbeme ancestral legado
del fin de la creación
por que para mí la luz llegó,
que aunque opaca, me ciega
con su vil resplandor.
Sienta mi cuerpo y mi rostro
su siniestro candor
que mi sangre diluya
y apague en mí el amor.
Viva por siempre a la sombra
de esta eterna satisfacción,
para por siempre disfrutar
de esta cruel sensación.
Sueñe con la victoria
pues el día me llegó
y me llegó la hora
que esperaba con ardor.

Que como siempre he ganado,
que he vencido al final,
que waterloo ha sido mío,
que fue mío al despertar.

Que no sepa de arrepentimientos
que es absurda necedad.
que no sepa de remordimientos
que de eso supe ya.

Y le gritaré al sol,
y despertaré al mar
para que sea así
para que no ocurra jamás,
por que mi pasión se tornó indiferencia
hoy es repugnancia mi antiguo amor
y mi ternura desprecio
y mis esperanzas rencor.

Y que así se para quien lo mereció
que ya no encuentre lo que encontró
pues para mí el día me llegó.
Y lo verá cuando amor busque
pues ya no hallará amor,
lo sabrá cuando pasión desee
pues ya no hallará pasión,
que recogerá de mí
lo que en mí sembró.
Y aún así no sabrá ver
que mi día me llegó.

Resignación

El templo de la luz
Ha cerrado sus puertas,
Su mirada me persigue
La noche es incierta.

Lava subterránea, deforme
Abrasa mis pies dormidos,
Estáticos flagelos
Que el aire ha traído.

Pues incierta es la noche
Pues incierto es el castigo,
Saber que en un instante
Todo estará perdido.
Me retuerzo en las sombras
Buscando su olvido,
Pues sé que esta noche
La muerte me ha elegido.

Mis manos agarran
Guijarros desprendidos.
Floto en un abismo
De oculto sentido.

Y quiero llorar
En este momento vacío
Y deseo despertar
Y morir con un grito
Que diga que estoy aquí
Que diga que aún vivo.

Sólo pido acabar
Donde he elegido,
Que no lloren mi muerte
Pues nada se ha perdido,
Y nada tras de mí queda
Sino este cuerpo maldito.

Y cuando al fin la morfina
No sepa calmar este latido
La noche que es eterna
Al fin me habrá vencido.

El templo del sol
Ante mí se ha rendido
Su bandera es negra
Sobre mí se ha cernido.

Cuando vuelva

Para cuando envainen
las espadas del odio
Los negros caballeros
De la indiferencia
Y resuciten en mi
A las víctimas del hastío
Impregnaré en esencias mis cabellos
Que perfumen el aire
Que hallas de respirar.

Cuando vuelva a ser yo
cuando vuelva,
Sólo una promesa
Que haré en tu honor,
Seré la luz que miras
Cada nuevo día,
Seré el sol que deseas
En las mañanas frías,
Seré el aire que respiras
Día a día.

Cuando vuelva a ser yo
Cuando vuelva,
Ya no seré la sombra
Reflejo del dolor
Que desafió al cielo
Y en el duelo murió.
No seré la el grito
Que en la noche ahogó
La voz de la mentira
Y de la traición.
No seré las garras
Que tu mente ahoguen
Y extirpen tu ser,
Sumergiré el cáliz
De mis pensamientos
Y te los brindaré.

Para cuando vuelvan de nuevo
El juicio y el entendimiento
A este atormentado ente
Dejaré abiertas las puertas
Que franquean mi mente.

“Silencio, pues te quiero”

“Silencio, ha caído una estrella en mi lecho”
“Silencio, mis ojos gritan y no sé entenderlos”.
“Silencio, un escalofrío repentino me ha desvelado
Y me ha volcado en un sueño que ya tenía olvidado”.
“Silencio, pues esta noche he llegado la esperanza
Se ha vestido de rosa y se ha sentado en mi cama”.
“Silencio, pues esta noche al fin ha llegado el alba,
Mi tez ha sentido el rocío tras abrir la ventana
Y mis ojos han visto la luz llegar por la mañana”.
“Silencio, el aire huele a tierra mojada
Y los árboles mecen la vida en sus ramas”
“Silencio, pues hoy he despertado al renacer de mi alma”.

sábado, 8 de mayo de 2010

Ansia


He oído tu voz Esta noche en sueños
He buscado tu rostro Entre ojos ajenos.
He recordado algo que ya no siento,
La marea me ha ahogado y por un momento
Se han derramado mis deseos y mis tormentos.

He querido oír tu voz esta noche en sueños.
He querido hallar tu rostro entre otros ajenos.

He subido y bajado mil veces por este hueco,
Que me trae y me lleva a las puertas de un infierno
Que eres tú perdido en mi recuerdo.

Y te siento, no sabes como te siento
A pesar de la distancia, a pesar del tiempo.

He querido no aferrarme más a tu recuerdo
Y cuando irrumpes en mí de nuevo comprendo
Que no hay mayor tristeza que ver morir un sueño.

He sentido tu cuerpo esta noche en sueños.
He querido soñarte, mas y no te siento

Salve estrella de los mares

La estrella de los mares llegó en barca,

Como cada quince de julio,

Sin faltar nunca a su palabra,

Y a su paso los vientos se apaciguaban.

Por mil cirios alumbrada

Por las aguas la llevaban,

Sus hijos, los marineros,

Que emocionados, una salve le entonaban.

Y la madre de Dios bajó su mirada

E hizo un guiño a esas mujeres

Que día tras día penaban:

Esposas de pescadores, madres y hermanas.

-Decidme, arenas abrasadas,

Si recordáis a mi madre cuando descalza correteaba.

Era una de las cuatro hermanas

Que vivían en la antigua escuela

En primera línea de playa.-

- Contadme conchas que llegáis

A ese cabo de Granada,

Si recordáis aquellas fiestas en la plaza,

Cuando las mocitas lucían galas

Y sonaban aquellas orquestas

Tan solo amortiguadas

Por el ir y venir de las aguas,

Contadme qué ocurría cuando las “ministras” llegaban,

Una de ellas hoy es mi madre, y las otras, sus hermanas.

Y decidme si recordáis qué fue de aquella casa

Que en invierno acogía en su interior las aguas

Obligando a sus habitantes a huir en la madrugada.-

- Narradme llamas plateadas

Del firmamento de la costa de Granada,

Qué os contaban aquellos ojos,

Que asombrados os miraban

Mientras la luz de una vela

mortecinamente alumbraba

Aquellas páginas añejas

Con que tanto disfrutaban.

- Narradme que sueños os contaban…-